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7/4/09

LOS PORRONES

Circuito circular de dificultad alta.
Distancia: 19.800m
Altura Inicio/Meta: 904m
Altura Máxima: 1.689m

PERFIL:


Comenzamos desde la Fuente de la Fragua (cruce de las calles Fragua y Real). Dejándola a nuestra derecha iniciamos la “marcheta”. Cruzamos el puente sobre el río Manzanares y nada más cruzarlo tomamos la primera calle a la izquierda, dirigiéndonos hacia el Castillo Viejo. ¡Ups! este primer repecho, en frío, siempre se atraganta. Seguimos la calle asfaltada hasta encontrarnos con una bifurcación. Deberemos tomar la calle de la izquierda, El Camino del Boalo. ¡Venga, que viene otro repechito”.

Coronamos la cuesta y seguimos por el Camino de El Boalo. Vamos a empezar a pisar un poquito de tierra que es a lo que hemos venido, ¿no? Dejamos el picadero “5 Herraduras” a nuestra izquierda y avanzamos por el sendero que va paralelo a la carretera.


Enseguida coronaremos otro pequeño repecho y ya veremos el parking de la puerta de entrada al Parque Natural. Antes de llegar a la puerta pasaremos por delante del Centro de Interpretación del Parque. Merece la pena visitarlo (cuando vayáis un poquito más despacio, claro). Pasamos la barrera de entrada al Parque y justo después de la casa del guarda, nos desviamos a la derecha para coger la Senda Quebrantaherraduras. Es una senda muy evidente que va por el pinar. Cuidadín con las raíces de los pinos, ya sabéis que a muchas les gusta hacer zancadillas a los incautos.


El terreno se va inclinando, ya hemos calentado y ya hemos salvado casi 100 m de desnivel (“sólo” nos quedan unos 600 m más por subir, ¡uf!). El camino nos saca un momento fuera del pinar para cruzar la carretera de asfalto. Hemos llegado a una barrera, donde hay una pequeña zona en la que se permite aparcar. Aquí comienza/termina la pista de tierra que da servicio al Parque Natural y que atravesaremos un poco más adelante (en el km 6). Nosotros cruzamos la carretera, dejamos la barrera a nuestra izquierda y seguimos con lo nuestro: Quebrantaherraduras “p’arriba”. Y sin rechistar.

Después de otro pequeño tramo de pinar, nos encontramos con unas zetas muy “graciosas”, cubiertas por cantos sueltos y con buena inclinación. Aquí hacemos un inciso y observamos el estado en el que está el camino, debido a los atajos que hacen muchos excursionistas sin darse cuenta de la degradación que provocan. Por favor, intentad siempre seguir los caminos señalizados. Bueno, nosotros que sí queremos preservar lo mejor posible el Parque, continuaremos por la senda y llegaremos a otro cruce con la carretera de asfalto. Nada más cruzar atacaremos una corta pero exigente cuestecita que nos adentrará durante unos metros en el pinar para coger unas escaleras que descienden hasta el parking que hay en el Collado de Quebrantaherraduras. Desde este parking sale el PR-M16 (hasta La Maliciosa Baja), escaleras arriba, que vamos a seguir por lo menos otros 6 km más.

Después de varios giros pronunciados y de salvar un buen desnivel, donde podemos apreciar también la dregadación que producen los atajos, llegamos a una zona con mesas de piedra, muy interesante para disfrutarla en otro momento con más tranquilidad. Por los alrededores tenéis un montón de vías para escalar y “buldear”. Pero nosotros seguiremos corriendo. El terreno se hace más favorable, incluso con algo de bajada. Pero sólo será una corta tregua. Enseguida el camino se inclina y reanudaremos nuestra subida particular.

Hemos zigzagueado por una zona de repoblación con Arizónicas, en algunos tramos tenemos unas buenas vistas de la cara noroeste de El Yelmo y del circo de La Pedriza con sus “Torres” en lo más alto. Seguimos nuestra senda y cruzamos un cortafuegos adentrándonos otro poquito en el pinar, siempre zigzagueando, y subiendo, claro. Volvemos a salir del pinar para cruzarnos, como reseñé antes, con la pista forestal. Justo enfrente vemos otro cortafuegos por donde sigue el PR. La pendiente es fuerte (un 19% aproximadamente) y ya llevamos un buen rato en marcha, así que si puedes medio trotar por aquí, es que estás fuerte.

Coronando el cortafuegos se estrecha el camino y una señal recién pintada nos indica que giremos prácticamente 90º a la derecha para seguir las siguientes marcas blanco-amarillas del PR. Continuamos por la senda que pronto se introduce en el pinar, empinándose y dibujando unas zetas potentes que nos ponen las “patas” duras como las piedras que estamos pisando. Pero no desesperéis, esto es lo último realmente duro que nos queda (hacia arriba, claro).


Después de nuestra particular lucha con las rampas y las zetas, llegamos a un claro en el que es obligado pararse a admirar la panorámica que a nuestra derecha nos ofrece La Pedriza Anterior y Posterior, La Cuerda Larga, El Embalse, El Cerro San Pedro... hasta el parking de Canto Cochino podemos ver desde aquí. Bueno, tampoco hace falta parar más, que esta vista la vamos a tener en más sitios de nuestro recorrido. Ya estamos por el Km 8 a más de 1500 metros de altitud.

Seguimos la “marcheta”. Ahora el camino se suaviza y podemos recuperar un poco el aliento. Nuestra ruta ya no se va a inclinar mucho hasta que empecemos a bajar, así que disfruta de las panorámicas y de tus sensaciones, pero no bajes la guardia que las piedras no perdonan.

De vez en cuando podemos echar la vista atrás y mirar el camino recorrido hasta el momento.



Seguimos con lo nuestro. Después de superar un repechito estrecho entre rocas, llegamos a un collado en el que vamos a abandonar el PR que sigue subiendo hacia el Collado de Las Vacas y La Maliciosa. Giramos a la derecha por un sendero que no está demasiado marcado. Se pueden encontrar algunos hitos y si te fijas un poquito, verás la senda pisada. Si has elegido bien, tendrás que cruzar un arroyuelo (dependiendo del momento podrá llevar agua o no) justo antes de entrar en un corto tramo de pinar.

Ya empezamos la bajada. Enseguida salimos a un claro desde el que tenemos otra panorámica estupenda del Parque, con la cuerda de Los Porrones (por donde hemos venido) detrás.


Vamos descendiendo por una trocha muy estrecha con buena inclinación que va haciendo zetas. Enseguida tenemos que empezar a ver la pista forestal entre los pinos un poco más abajo. El cruce con la pista se hace saliendo del pinar por un pequeño talud. Con precaución y agarrándonos a las raices, bajamos hasta la pista. Ahora, prácticamente enfrente de donde estamos, tenemos que ver un hito que nos indica por dónde sigue la trocha. ¡Cuidadín! que este hito no siempre está. Pero mirad bien que la trocha no desaparece.

Seguimos bajando por la senda, haciendo zetas por pinar y enseguida volvemos a encontrarnos un cruce con la pista. Como ves estamos bajando un buen desnivel en poco tiempo. La trocha cruza la pista y nos hace descender vertiginosamente. Cruzamos un arroyo, giramos a la izquierda y seguimos por el pinar todo para abajo.


Vamos por buen terreno, por pinar; en buena parte del recorrido vemos a nuestra izquierda, entre los pinos la pista forestal. En el Km 12,800 la cruzamos, saliendo a una zona que invita a la estancia, con mesas, praderas y rocas de fácil escalada desde las que tenemos una hermosa panorámica de La Pedriza. Nosotros cruzamos la pista y corremos en paralelo a ella por el pinar. Primero encontraremos a mano izquierda una bonita fuente de piedra natural y agua fresca. Más adelante veremos a mano derecha un caño que sale de un pequeño depósito de agua. En ese momento, si no hemos sido cautos, estaremos pisando un barrizal que se forma delante del depósito prácticamente todo el año



Nada más pasar el depósito cruzamos una minúscula vaguada que ha hecho una torrentera, giramos a la izquierda y seguimos una senda muy marcada que discurre por un bonito pinar. Esta bajada hasta Canto Cochino se hace por buen terreno, es distendida y “disfrutona” a tope.


Y llegamos a Canto Cochino. Se acaba el pinar y se abre ante nosotros el parking y los Kioscos donde, cuando vayáis más despacio, podéis tomaros un caldito o un refrigerio, según la temporada. Antes de meternos en el parking, giramos a la derecha por una pista cerrada al tráfico por una barrera. La sorteamos y seguimos nuestro descenso hacia el pueblo, sin tomar un desvío que sale a la derecha unos metros más abajo. Continuamos por pista, viendo el río a nuestra izquierda. Cruzamos un arroyo canalizado con algo de hormigón y enseguida giramos a la izquierda, bajamos unos escalones de tierra para cruzar un estrecho puente de cemento.


Nada más cruzar el puente giramos bruscamente a la derecha y nos encontramos con el agradable kiosko “La Foca”, donde la pareja manzanariega que lo regenta, cuando tengáis más tiempo, no sólo os alegrará el descanso, sino que lo hará con una enorme sonrisa. A partir de aquí, hasta “Casa Julián”, vamos a discurrir por terreno técnico, pedricero a tope, con el rio bien cerquita y con una subidita de regalo (pero no os preocupéis que es cortita) justo antes de llegar a donde estaba la presa.


Nos medio tiramos por un canchal, que si está mojado nos hará casi gatear y seguimos por un murete que termina en una zona con piedras picudas que sujetan el terreno, pero que nos complican un poco la progresión. Seguimos un poquito más entre piedras, pegados al rio y pasamos por una zona claramente dragada por la mano del hombre. Bueno más bien por las de unas máquinas que finalmente, entre todos, paramos a tiempo. Y llegamos a la zona de los quioscos y el emblemático restaurante pedricero “Casa Julián”, parada y fonda de numerosos montañeros de todas las épocas.


A partir de aquí vamos a seguir la carretera de La Pedriza, por asfalto hasta nuestra meta y punto de partida. Dejo para próximas entregas varias alternativas a este recorrido, entre la que se encuentra otra bajada desde Casa Julián, por camino. Bueno aquí ya solo nos queda mantener el tipo hasta la llegada. Seguimos bajando, vamos dejando a nuestra izquierda, primero el Parque del Frontón, en cuyas canchas de baloncesto hemos jugado y soñado con ser Michael Jordan. Y un poquito más adelante las instalaciones del polideportivo, donde se realizan numerosas actividades durante todo el año (tienen un rocódromo para entrenamiento de escaladores, bastante curioso).

Y ya no nos queda nada para la cervecita. Un poquito más, un último giro a la izquierda al final de la carretera de la Pedriza y ya hemos llegado. Enhorabuena.



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