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17/6/09

A vista de pájaro (... y de moscas)

El pasado sábado acometimos un nuevo recorrido que es el que hoy os presentamos. Como siempre salimos desde el Castillo Viejo en dirección a la entrada del Parque Natural. Empezamos con un ritmo muy suave ya que nos espera una ruta larga, dura y, sobre todo, desconocida.
Al llegar a la entrada del Parque seguimos por el carril que nace justo frente a nosotros trotando hasta llegar a la Ermita del Boalo. En ese punto, decidimos subir por la montaña bajo cuya falda se alza la pequeña iglesia. Unos montañeros nos dan las primeras referencias: La subida es muy dura, aunque está muy bien señalizada por ellos mismos. Han llegado a hacer una escalinata de metal para salvar un tramo de montaña.,
Empezamos la subida y, al mismo tiempo, llegamos al infierno. Un pequeño infierno repleto de seres negros y alados: las moscas. Serán nuestras compañeras de viaje hasta el final. Incómodas compañeras, os lo aseguro.
Cuando ya compartimos con ellas hasta conversación – como si fueran de la familia – hacemos un descanso (nosotros, las moscas siguen a lo suyo) para disfrutar del paisaje. Hay unas vistas incomparables, como también lo es la serpiente que nos encontramos en la siguiente roca en la que nos apoyamos. El susto es de órdago, supongo que casi el mismo que le damos nosotros a ella con el grito y el bote que pegamos. Pero bueno, cada uno seguimos nuestro camino (las moscas nos prefieren a nosotros, buena señal) y nos despedimos sin acritud.


Entre las moscas, la serpiente y las águilas que divisamos al llegar a la cima, esto parece un documental de “El Hombre y la Tierra”.


De hecho grabamos unos vídeos con el móvil que den fe de nuestra accidentada ruta. Ya en la cima sólo hay que seguir una ruta marcada que lleva a la carretera vieja que sube hasta “Los Chorros”
(Otro día haremos esta excursión, ahora que llega el buen tiempo y podemos bañarnos sin temor a una congelación inmediata).

Ya en la bajada empezamos a correr a buen ritmo, no sin antes despedirnos de las moscas y darles recuerdos para toda la familia. Total de la ruta: unos 22 kilómetros para un tiempo de 2 horas y 30 minutos que valieron la pena pese a las moscas. Lo prometo.




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